Mary Wollstonecraft nació en 1797 en Spitalfields, Londrés. Una niña de familia acomodada que vio desde pequeña cómo su padre dilapidaba la fortuna familiar y maltrataba a su familia, lo que hizo que tomase conciencia, a una edad temprana, del papel de la mujer en la sociedad y de todas sus limitaciones.
Mary fue autodidacta y era consciente de la necesidad de la educación en todos los ámbitos. Consciente de su necesidad de trabajar, y al ser una mujer culta, comenzó a dar clases junto a su amiga Fanny Blood y a entablar relación con el mundo intelectual. Después de la temprana muerte de Fanny, fue institutriz en una familia irlandesa. Al año siguiente, tomó una decisión que cambiaría su vida: decidió dedicarse por completo a la escritura. Una valiente decisión, ya que en era muy complicado poder vivir de la escritura siendo mujer en esa época.
De vuelta en Londrés, conoció al artista Henry Fuseli, con quien vivió una apasionada relación sentimental. Aunque estaba casado, ella estaba totalmente enamorada. Mary propuso a Henry y a su esposa una relación especial (lo que podemos denominar una relación de tres) lo que provocó un un profundo rechazo. Esto incitó que Mary abandonara Londres y viajase hasta París (año 1792, mismo año en que escribió Vindicación de los derechos de la mujer), donde conoció al que sería su segundo enamorado, Gilbert Imlay.
De la relación con Gilbert nació su primera hija Funny. Gilbert fue perdiendo el interés en Mary, que no supo aceptar que sus sentimientos no eran correspondidos, hasta el punto de intentar suicidarse. Tras este episodio escribió:
Solo tengo que lamentar que, cuando la amargura de la muerte había pasado, fui inhumanamente traída de vuelta a la vida y la miseria. Pero tengo la firme determinación de que esa decepción no me desconcierte; no dejaré que lo que fue uno de los actos más calmados de mi razón quede como un intento desesperado. En lo que a ello respecta, solo tengo que rendir cuentas a mí misma. Si me preocupara por lo que llaman reputación, serían otras circunstancias las que me deshonrarían.
En un último intento de recuperar a Gilbert, lo siguió hasta Escandinavia. De este viaje creó la obra Cartas escritas durante una breve estancia en Suecia, Noruega y Dinamarca . Después de este capítulo, Mary, volvió a Inglaterra y decidió centrarse de nuevo en la literatura. Mary volvió a enamorarse, esta vez de su amigo, del que sería su marido y compañero hasta el final de sus días, el político y escritor británico William Godwin, quien refiriéndose a la anterior obra de su esposa escribió:
Si alguna vez hubo un libro hecho para que el lector quedara enamorado de su autor, para mí es éste. Ella habla de su dolor de un modo que te llena de melancolía y te deshace en ternura, al mismo tiempo que demuestra una genialidad que inspira una gran admiración
De esta relación, nació su hija Mary Wollstonecraft Godwin, autora de la novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo. Mary murió 11 días después del parto a la edad de 38 años.
Mary Wollstonecraft y el feminismo
William Godwin a la muerte de su amada esposa escribió Memorias de la autora de Vindicación de los derechos de la mujer. Pretendía ser un homenaje a una mujer luchadora y única, valiente y adelantada a su tiempo, pero no causó ese efecto. El efecto que provocó fue la de una sociedad escandalizada por una mujer que tuvo una hija fuera del matrimonio, con intento de suicidio, que se dejaba llevar por sus pasiones y luchaba por ser la dueña de sus decisiones. Esto era demasiado para 1798.
Mary quedaría silenciada y escondida durante todo un siglo hasta la llegada del del movimiento feminista. Durante los años 60 y 70, el feminismo ensalzó las obras de Wollstonecraft, una mujer racional y apasionada que hizo historia.
Vindicación de los derechos de la mujer
Si hablamos de literatura y filosofía feminista, «Vindicación de los derechos de la mujer» es su ópera prima. En este ensayo Wollstonecraft reivindica la necesidad de una educación igualitaria de las mujeres, y no sólo para su único beneficio, si no en favor de toda la sociedad. Las mujeres debían ser educadas en la razón, podían aportar valor a toda la sociedad, que en ese tiempo consideraba a las mujeres seres sentimentales incapaces de educarse en pensamiento racional.
Algunas citas extraídas de «A Vindication of the Rights of Woman: with Strictures on Political and Moral Subjects» (título en inglés):
- La libertad es la madre de la virtud y si por su misma constitución las mujeres son esclavas y no se les permite respirar el aire vigoroso de la libertad, deben languidecer por siempre y ser consideradas como exóticas y hermosas imperfecciones de la naturaleza.
- Hasta que no se eduque a las mujeres de modo más racional, el progreso de la virtud humana y el perfeccionamiento del conocimiento recibirán frenos continuos.
- Si se educa a las mujeres para la dependencia, es decir, para actuar de acuerdo con la voluntad de otro ser falible y se somete al poder, recto o erróneo, no será difícil probar que esas voluntades delegadas actuarán como los hombres sometidos por miedo y harán padecer a sus hijos y siervos su opresión tiránica.
- Las mujeres, confinadas en jaulas como la raza emplumada, no tienen nada que hacer sino acicalarse el plumaje y pasearse de percha en percha. Es cierto que se les proporciona alimento y ropa sin que se esfuercen o tengan que dar vueltas; pero a cambio entregan salud, libertad y virtud.
Principales obras literarias de Mary Wollstonecraft
- Reflexiones sobre la educación de las hijas (1787) e Historias originales (1788)
- Vindicación de los derechos del hombre (1790)
- Vindicación de los derechos de la mujer: críticas acerca de asuntos políticos y morales (1792)
- Mary (1788) y María (1798)
- Cartas escritas en Suecia, Noruega y Dinamarca (1796)
Frases de Mary Wollstonecraft
El uso adecuado de la razón es lo único que nos hace independientes de todo, excepto de la misma razón despejada, a cuyo servicio está la libertad perfecta.
Como desde la infancia se les enseña que la belleza es el cetro de la mujer, la mente se adapta al cuerpo y, vagando por su jaula dorada, solo busca adorar su prisión.
Las mujeres sólo deben doblegarse a la autoridad de la razón, en lugar de ser las modestas esclavas de la opinión.
No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.
Yo sinceramente deseo señalar en qué consiste la verdadera dignidad y la felicidad humana. Deseo persuadir a las mujeres para que se esfuercen en adquirir fortaleza, tanto en su mente como en su cuerpo, y convencerlas de que las frases suaves, la susceptibilidad del corazón, la delicadeza de sentimiento y el refinamiento del gusto son casi sinónimos con epítetos de debilidad, y que esos comportamientos son sólo objeto de lástima.
El matrimonio nunca se conservará como algo sagrado hasta que las mujeres, al ser criadas con los hombres, estén preparadas para ser sus compañeras en lugar de sus concubinas.
Es inútil esperar virtud de las mujeres hasta que sean en cierta medida independientes de los hombres.
La angustia de mis sentimientos no cejaba; no había incidente del cual mi furia y desdicha no pudieran sacar provecho.
Las desigualdades entre los hombres y las mujeres son tan arbitrarias como las referidas al rango, la clase o los privilegios; todas aquellas que el racionalismo ilustrado había criticado e identificado.